Me consumo día a día mientras veo a la gente pasear de la mano con sus seres queridos.
¿Qué les hace ser tan felices? No lo entiendo, tal vez es que yo no poseo el don de poder ver el lado bello y maravilloso de la vida.
Por qué por mucho que lo intento no soy capaz de encontrar un camino más lleno de luz que el que me ha tocado seguir.
De todas formas es absurdo que siga buscándolo, si de todos modos prefiero la oscuridad. Creo que sólo lo hago para aparentar, para que los que me rodean se sientan un poco mas felices pensando que intento salir de la nada.
Pero en realidad no es así. Adoro la oscuridad porque yo soy oscura, mi alma sólo es capaz de iluminarse bajo el haz de la luna y mi cuerpo deja de ser inerte en el momento en que la noche llega.
Me uno al crepúsculo como si fuera mi amante y gozo al sentir cómo las tinieblas se ciernen sobre mi.
Sencillamente soy un ser de la noche que no logra adaptarse a la claridad del día, porque el sol me muestra todo lo que no quiero ver del mundo. Las miserias de la gente, sus maldades, sus tristezas...y también las mias.
La luna sólo te muestra lo que quieres ver, es por eso que aunque se que no llegaré a conocer el lado bueno de la vida al alba, si puedo sentirme medianamente en paz en el ocaso.
Por eso me quedaré aquí, escondida,con las persianas bajadas esperando a que el último rayo de sol se pierda en el horizonte para poder subirlas y dejar que la luna entre por mi ventana y acune mi alma en sus brazos.
Para que la suma en el sueño más profundo, para que no tenga que despertar hasta que todo sea de color oscuro,tan oscuro como ella.
Por Ginger